NómAdA.
E_va y A_dan, eran dos, que a la véz eran uno, al principio del todo no había con que compararlos, la falta de ser viviente para ellos hacian que la estética fuera, entre el fetído olor de aquellas manzanas podridas, caídas causadas por gusanos cremas, del tamaño de mí dedo meñique de la mano, y por el otoño imprevisto, unos hilillos de olores tropicales. El color azul de los cielos fortalecia su fé, de seguir explorandose por dentro y hacía sus afueras del continente nerviosa; uno decia arriba, el otro sonreía agradecido de su existencia. E_va, mujer blanca como un encadilamiento de luz directa en los ojos cerrados, con los ojos alegres cafes, y sonrisa extravangante... (continuará).
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